El tiburón malayo, también conocido como Pangasius sutchi, es un pez de acuario de agua dulce que generalmente tiene un color plateado brillante con aletas largas y elegantes. Son peces pacíficos que disfrutan de nadar en grupos y son activos durante la noche. Son de tamaño mediano a grande, por lo que requieren un acuario espacioso para poder nadar libremente. Son omnívoros y se alimentan de una variedad de alimentos vivos y congelados, así como de alimentos comerciales en escamas y pellets.
El tiburón malayo (Pangasius sutchi) es una especie de pez muy llamativa y popular entre los aficionados a la acuariofilia. Conocido por su nombre común, este pez es originario del sudeste asiático y tiene ciertas características y cuidados que lo hacen único en su especie.
El tiburón malayo es un pez que se comercializa principalmente en estado juvenil, ya que en su etapa adulta puede llegar a medir hasta 50 cm de largo, por lo que requiere un acuario espacioso para su desarrollo adecuado. Pertenece a la familia taxonómica Pangasiidae y se caracteriza por ser un pez de comportamiento pacífico, sociable y activo.
Para garantizar el bienestar del tiburón malayo en cautiverio, es importante mantenerlo en un acuario con un volumen mínimo de 300 litros, con agua limpia y bien oxigenada. Además, requiere un sistema de filtración eficiente y una alimentación adecuada para su crecimiento óptimo.
En cuanto a las condiciones del agua, el tiburón malayo prefiere temperaturas que oscilen entre 22°C y 28°C, con un pH que se sitúe entre 6.5 y 7.8. Asimismo, necesita un nivel de dureza moderado, con un GH mínimo de 8 y un GH máximo de 12. En cuanto a la reproducción, se destaca por su alta capacidad reproductiva.
En resumen, el tiburón malayo es un pez fascinante que requiere ciertos cuidados y condiciones para su óptimo desarrollo en el acuario. Con una adecuada atención y un entorno propicio, este hermoso pez puede convertirse en una adición invaluable a cualquier colección de peces tropicales.